Descubrir sus tesoros es una gran aventura
Barahona es un tesoro/De los Archivos de DDB
Barahona es un tesoro/De los Archivos de DDB
Un horizonte se conquista con la intensidad de una
idílica experiencia, que sabe a azul caribe y comparte la belleza de una
naturaleza seductora llena de tesoros únicos como el Larimar, la prenda
autóctona que regala al mundo para que recuerde que es más que una costa de
mar; más que montañas empinadas pidiendo ser exploradas, más que el lago más
vasto de las antillas, más que un paraíso bañado por el calor de sus habitantes
y el sabor agradable que se desprende de sus fogones.
Es un balneario de aguas muy frías ideal para un
chapuzón en un ambiente natural, privado del bullicio de la ciudad. Se pueden
hacer reservaciones para visitarlo a través de los hoteles de la zona o contactando
los guías turísticos autorizados.
y la costa de Enriquillo con el
balneario de la Chorrera
En la carretera Barahona-Enriquillo se encuentra una
playa que ofrece una vista costera características únicas: la Playa de Los
Patos.
Toma su nombre de la calidez de sus aguas, arena y
gravilla que ponen de manifiesto la ubicación de la isla en “el mismo trayecto
del sol”. A 10 kilómetros de la ciudad, en la carretera de Barahona-Paraíso, la
playa el Quemaíto recibe la blanca espuma de las olas de un cristalino mar
Caribe con una franja de arena dorada que se interna hasta fundirse con el
verde paisaje montañoso
Es una de las principales y más concurridas de toda la
región. Combina la fuerza del oleaje oceánico con una piscina natural producto
de la desembocadura del río San Rafael. Se suma el esplendor de las verdes
montañas que lo circundan y los litorales que adornan tanto costa como playa.
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